viernes, 30 de septiembre de 2011

Peculiaridades de la Torre Eiffel


Se cuenta que, en alguna parte de la estructura, existe un remache cardinal con la calavera de un gallo grabada en su cabeza. Si se extrajese, el monumento se derrumbaría por completo. En círculos todavía más ocultos al conocimiento público, se hace referencia a un segundo remache sin inscripción ninguna. De ser girado quince grados en sentido antihorario durante una noche de novilunio, todos los hombres volveríamos a formar un mismo pueblo, a hablar la misma lengua, fabricaríamos grúas, andamios, concluiríamos al fin nuestra merecida escalera hasta el Cielo.


sábado, 24 de septiembre de 2011

Berlín, 1989



Cae el muro. Son tiempos de incertidumbre, todos quieren saber lo que les depara el futuro. La ciudad se llena de modernos augures y sibilas dispuestos a hacer su agosto en noviembre. Una joven desenguanta el mapa de su vida y se lo ofrece a una gitana experta en desentrañar las rutas. “¿Viviré mucho?”, pregunta. “Hasta los 90”. La chica se cree afortunada, la gitana no le cobra la lectura.



jueves, 22 de septiembre de 2011

En el nombre del padre


Secuestré al secuestrador de mi padre cuando intentaba recoger la bolsa del rescate. Al tercer día de palizas, confesó que ya lo había matado y enterrado en el desierto. Lo maté y lo enterré en el desierto.

Llaman a la puerta. Incluso antes de que me apunte con el revólver, sé quién es: tiene sus mismos ojos.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Vaso resquebrajado


Si mira el vaso medio lleno, su vida ha sido una continua aventura. Si medio vacío, ha sido un camino solitario, lamenta que la vejez lo haya encontrado sin nadie a su lado. Mira el vaso y no se decide. Lo vacía de un trago, lo vuelve a llenar. Lleno. Vacío. Lleno otra vez y ahora vacío. Así las veces necesarias hasta que el sopor le secuestre los recuerdos por una noche más. Entonces el vacío del sueño. Tal vez muy pronto, el vacío de la muerte. Lo único que, a estas alturas, lo llenaría de paz.


jueves, 8 de septiembre de 2011

El hombre que tropezaba siempre con la misma piedra



Un ermitaño vivía en lo alto de una montaña. Cada mañana, al salir de su choza con el sueño todavía a rastras, sucedía. Maldiciendo de dolor, la tiraba ladera abajo. En el valle, viéndola venir, el que maldecía era Sísifo.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Amor entre rehenes


Aguanta, preciosa. Sólo unos días más y seremos libres.

Selena parece entender, se queda muy quieta, se duerme. Sueña, tal vez, con sus miedos de este mundo. Penas que amainan cuando suena, en el vientre de luna llena, la ternura de una nana.